El rey Witiza, monarca del reino visigodo, murió en 710. Su sucesor, sin embargo, no fué elegido de entre sus hijos, sinó que eligieron a Rodrigo (711714/718), candidato de la influyente aristocracia militar. Él, con el apoyo financiero de los judíos, convocó a las fuerzas militares de los islamistas bereberes para definir la lucha de poder, que fue en su propio beneficio. El desarrollo y resultado de la intervención no fue como se esperaba. El reino visigodo se desmoronó en una lucha de poder que originalmente había empezado como Guerra Civil. La intervención beréber fue seguida por la afluencia de contingentes adicionales árabe-moros a través del mar. En la lucha, las partes beligerantes intentaron estabilizar su posición y debilitar a sus oponentes mediante pactos. El punto de inflexión decisivo llegó en 719, cuando Hispania Citerior (de Iberia a Ebro) reconoció su derrota pagando impuestos y reconociendo la victoria de los moros.
Con excepción de la periferia ibérica del norte de los Pirineos, la península cayó en manos de los moros. El final de la guerra se dió en la Batalla de Covadonga (entre los anos 718-722), aunque la literatua acepta tambien el ano 722 como final de este acontecimiento.
La intervención militar morisca en la guerra civil visigoda condujo al colapso del Estado, a la creación de un estado títere dependiente de impuestos, así como a su rápida eliminación. Solo en el cinturón norte de Iberia / Hispania sobrevivió, bajo el nombre de Asturias, un Estado respetador de las tradiciones góticas.
En la primera mitad del siglo VIII, después de la simbólica victoria de Covadonga (722) se formó un Estado Cristiano montano en Asturia, Cantabria y Galicia.
Desde mediados del siglo VIII hasta mediados del siglo IX. las luchas internas obligaron a los reyes asturianos a tomar posiciones defensivas. Sin embargo, entre 785-811, esta posición defensiva va en favor de la reconquista al permitir que los francos intervengan en el este.[1] Dado que Vilar había escrito las líneas anteriores en la década de 1940, Adam Anderle, basándose en investigaciones recientes, afirma que: el Estado Visigodo formado gracias a la unión entre las élites visigodas y la aristocracia hispanoromana, se apoderó de la unidad geográfica-económica-política creada por los romanos. En las regiones riberenas del norte -en la enarcadura que se extiende desde Galicia hasta
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los Pirineos-varias tribus germánicas y vascas avanzaron hacia el feudalismo de manera relativamente independiente del Estado visigodo, dando lugar así al nacimiento posterior de los estados cristianos del norte.[2] Señala también que las diferencias religiosas profundizaron aún más las divisiones territoriales que estaban ya en conflicto, y que "la fe también era una capa ideológica de conflicto étnico".
Los límites geográficos, étnicos y religiosos, sin embargo, no coincidían totalmente: en las grandes ciudades de los reinos católicos recién nacidos en el norte (siglos VIII-X), había un número significativo de ciudadanos judíos, y al igual que las masas judías y católicas integradas a la Hispania morisca y los creyentes islámicos, eran causa de profundos conflictos étnico-tribales.[3] La formación de pequeños estados cristianos en las regiones del norte estuvo muy influenciada por el hecho de que eran parte de la zona conflictiva del Estado franco católico y el mundo islámico en el siglo IX. Como Anderle lo llama acertadamente, "mosaico deHispania".
En otro trabajo[4], nuestro autor no deja dudas sobre el "shock psicológico" en que se encontraba la antigua Iglesia estatal: "El verdadero gran perdedor fue la Iglesia Católica y su organización eclesiástica, que había una enorme perdida de su riqueza, y con ello millones de sus seguidores"[5]
En este paisaje hispano del noroeste, donde vivían alemanes y vascos, la romanización era bastante superficial, en contraste con la uniformidad religiosa cristiana. Al retirarse y concentrarse en esta área, la nobleza militar visigoda impidió con éxito el avance de las fuerzas islamistas, principalmente en defensa del cristianismo y la libertad personal. El principal organizador de la defensa fue el noble militar visigodo Pelayo (Pelagio Asturias), un supuesto primo del rey Roderik, y sobre esa base pudo reclamar el trono, con el título real del Reino de Asturias entre 718 y 737. (Con este tema volveremos a ocuparnos en el capítulo referente a Alfonso III)
En 722 ganó a los moros en Covadonga.[6] Su efecto se manifestó de dos maneras: por un lado, la supervivencia y el fortalecimiento relativo de Asturias y, por otro, la fecha de inicio de la reconquista, es decir, la reconquista que se prolongó hasta 1492. La hija de Pelayo, Ermesinda Alfonso I. ,en calidad de esposa de Alfonso-Alfonso el Católico, se convirtió en la fundadora de la Casa de Cantabria. Alfono I, en 742/43, ocupando gran parte de Galicia extendió también su influencia a los territorios vascos. Con respecto a Asturias (Asturias), vale la pena señalar que el fundador Pelayo, como se describió anteriormente, es vinculado al Estado visigodo por su origen noble y la ambición de su entorno estrecho. A Alfonso III se le atribuye una relación más orgánica con estos factores.
El rey Alfono II (la "Virgen") (791-842) se vale de una receta para atribuirse la herencia del trono y se considera el heredero de la tradición gótica, lo cual
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se manifiesta en sus medidas tomadas en la organización del Estado.
La cuestión de la continuidad del derecho se planteó por primera vez con Alfono III (866-911), plantea la idea de continuidad entre el estado visigodo y su propio reino. Para colmo, toma y usa el título imperial, que muchos de sus descendientes consideran de título heredado. Otra peculiaridad del estado cristiano del norte de Asturias es que la élite gótica también busca transferir los elementos dominantes de su estado anterior a esta maquinaria militar de última generación. El militantismo visigodo "hace muchos esfuerzos" por someter los elementos libres del campesinado, pero en términos de defensa militar tiende a centrarse en la fe, que es un excelente vocabulario para unión contra los infieles.
A Alfonso III está asociado la compilación de la Chronica Visigothorum alrededor del 911. Incluso hoy, estas crónicas portan y difunden propaganda ideológica estatal, que puede servir de modelo su contenido para el lector. Como lectores, por supuesto, pueden ser considerados. en primer lugar, la élite, el círculo de gente alfabetar.
A partir de este momento, la literatura crónica inicia una gran carrera, porque todos los estados sucesores, estados cristianos, ya sean portugueses o españoles, pueden considerarse sucesores y desarrollar sus propias crónicas, creando su propia literatura. Con la ocupación de Asturias, León y Cantabria, la parte noroeste de Iberia hasta el río Duero se convirtió el en un factor de dominio importante.
Es importante subrayar que Alfonso II fue el primero en mirar más allá: en 795 estableció relaciones diplomáticas con los francos, con consecuencias de largo alcance para el futuro. Bajo la influencia de los francos comenzó a reforzar el lado ideológico de la construcción del estado: construyendo alrededor del ano 812 un templo y un lugar de peregrinación sobre la tumba "misteriosa" encontrada cerca de Iria Flavia, colocó los cimientos del culto Santo Jacobo (Santiago), con lo que apuntó en dirección a la unificación de las poblaciones de Asturia, Cantabria, Aragón Norte y Gallego, territoriios geográficos realmente por él controlados. Sin embargo, no fue el gótico, sino más bien el trasfondo franco lo que influenció en la reimposición de ciertos elementos del estado visigodo. Por supuesto, también surgieron elementos góticos en el campo de la organización del ejército.
Solo los vascos quedaron fuera del proceso de unificación debido a su actitud hostil hacia los francos ".[7]
También fue Alfonso II quien empezó el llamado asentamiento de cristianos de alpestres en las inmediaciones de los territorios poblados y dominados por los vascos. Este nombre geográfico que posteriormente tomó mucha importancia, aparece en forma de carta de fundación del monasterio: Territorio Castelli, o Castilla.
Alfonso III además de la construcción de la crónica visigoda ya mencionada, del énfasis consciente en la conti-
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nuidad del derecho y, por lo tanto, de la herencia del estado visigodo, convirtió a Compostella en una ciudad de peregrinación desde un punto de vista ideológico,. Para evitar la anarquía, antes de morir, dividió su reino entre sus descendientes.
Esta área geográfica, como parte de un imperio centralizado, obviamente, no era un "estado sucesor", pero tenía una importancia política, principalmente militar-estratégica para los francos. El Imperio Carolingio cumplió con éxito su papel de defensa militar, y gracias a los procesos de feudalización (por ejemplo, donaciones de bienes, vasa-lización), el margravatio básicamente se descompuso en 12 "condados", más comúnmente conocidos como mini-estados, pero también conocidos como Condados Catalanes. Este territorio hasta 952 mantuvo relaciones feudales con los carolingios. Cabe mencionar que el número de pobladores visigodas excedían con creces a las asturianas, lo que demuestra una diferencia lingüísti-co-cultural, en otras palabras, de identidad, que distingue a esta zona de los pueblos okcitanos de más allá de los Pirineos. El camino hacia la independencia está abierta para la región catalana.
Está habitada por vascos e incluye los territorios de los Pirineos que se encuentran bajoo el poder y dominio de sus clanes. La población es nominalmente cristiana, de hecho más bien pagana o católica mezclada con ritos paganos.
Esta atrapada entre Asturias y el malgraviato español y debido a sus diferencias lingüísticas, se vio obligado a maniobrar constantemente. A esto se agregó la amenaza de los moros desde el sur. Su independencia también se debe a su consideración conjunta de estos factores, a su adaptabilidad y a su hábil politica de búsqueda constante de aliados. La rivalidad entre clanes también es una lucha entre facciones en términos de búsqueda de intereses políticos.
El Reino de Navarra, como estado vasco, jugó un papel importante en la historia medieval ibérica. Las relaciones familiares dinásticas llevaron a la unión personal (970-1035) con el Condado de Aragón y luego reinó como dinastía (hasta 1162). Su dominio en Castilla duró de 1037 a 1126.
En 1212, como parte de la reconquista, contribuyeron de manera decisiva al éxito alcanzado en la batalla de Las Navas de Tolosa. Navarra conservó con éxito su independencia hasta 1512.[8]
Inicialmente, los reinos cristianos no podían considerarse más que señoría-les cuasi-provinciales, como un territorio de origen anarquista pero predominantemente católico.
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El elemento común es la presencia y la influencia de la nobleza visigoda en el sistema militar de los reinos cristianos, su capacidad de hacer política y su búsqueda de la integración dentro del Estado. Estos, por supuesto, prevalecieron como tendencia.
En el paso de milenio llegó al trono como rey de Navarra Sancho Garcés III (Grande) (1000-1035). Como resultado de su política unionista pasaron a su jurisdiccón el reino de León y varios condados, como ser Castilla, Aragón y Ribagorza. Luego, en virtud a las reglas de sucesión, estos territorios fueron heredadas por sus hijos, por lo tanto, la unión no llegó a durar mucho tiempo. Sin mencionar más este desarrollo histórico local, después de Sancho III (El Grande), el Estado se desintegró y nacieron muchos reinos nuevos, incluidos el de Aragón y Castilla.
El territorio, identificado también como Lucitania, fue ocupado en el curso de la migración por tribus germánicas (vándalos y luego, svevos). Leovigil-do lo ocupó en 585 y lo anexó al Estado visigodo. Un año después del 711 fué ocupado por los moros. Los éxitos militares de Asturias y del Margraviato Español hicieron posible su expansión hacia el sur. La literatura histórica portuguesa, reconoce dos fórmulas de Estado enmarcadas en el tiempo: el ,Condado Portucale / Condado Portu-calense'. La primera data a partir de la conquista lograda por el guerrero gallego Vimara Peres en 868, y se estableció entre los ríos Ave y Douro (Duero), fundamentalmente en la parte sur de la antigua diócesis visigoda central de Braga, como nueva frontera del reino asturiano de Alfonso III que se fijó inmediatamente, después del establecimiento del Condado de Castilla. En lo que desde entonces se conoce como Terra Portugalense / Terra de Portugale "[9], el reasentamiento se retrasó por falta de pobladores y por estar prácticamente deshabitado.
Las nuevas ocupaciones territoriales se llevaron a cabo en 878: con la conquista de Coimbra y sus alrededores, se creó una nueva zona de choque denominada Condado de Coimbra. (La conquista no es ni uniforme ni directa porque en 997 los moros desplazaron a los cristianos hasta las fronteras del 868.[10]
Solo en la segunda mitad del siglo XI se vuelve a organizar , en el mismo lugar de antes, el Condado de Coimbra (II). La unificación de los dos condados en una persona fue realizada por el norteno Nuño Mendes.
La mayoría de los historiadores portugueses consideran éste como primer Estado portugués (en palabras de Levente Truth: fórmula estatal). Una derrota militar puso fin a la independencia, pasando así su territorio a la jurisdicción del reinado de Galicia. En 1093, Alfonso VI. donó el Condado de Portugal a su yerno (Enrique de Bor-goña), y en 1096, cayó en sus manos el Condado de Coimbra. Después de su muerte, su hijo, Alfonso Henriques fue reemplazado por su madre tutora, pero éste en 1128, desafiando a su madre, ejecutó un golpe de estado militar. Su propósito fué: independizar su sucesión con relación a Alfonso VII. Al-
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fonso Henriques no solo se fió de los vasallos de su padre, sino también de los habitantes de los municipios. Esto último se evidencia a través de una cédula real conservada (foral).
De las cédulas reales por él emitidas, se desprende la misma concepción que se utilizó en otras partes de la península: el servicio militar no era tarea exclusiva de los caballeros, la sociedad organizada para la guerra no exhibía los mismos orígenes nobles peculiares, tal como ocurrió en Castilla y Aragón. Aquí también, dependiendo de su situación financiera, realizaban el servicio militar en las filas de infantería o de caballería; en el caso de guerras externas e internas, apoyaban al rey o contra el rey con considerables fuerzas.[11]
Cuando Alfonso Henriques logró una victoria decisiva contra los moros en 1139, según la historia tradicional, sus guerreros "lo llamaron por primera vez" El Rei "o Rey. Ourique es un ejemplo portugués típico de la producción nacional de mitos. La creación del Estado independiente continuó con el acuerdo conocido como el Tratado de Zamora (1143), donde, en presencia del Arzobispo de Braga y el Enviado Papal, Guido de Vico, nació realmente el Reino de Portugal, aunque Alfonso Henriques siguió siendo un vasallo, pués según el título de Alfono VII, gobernó entonces como "emperador" de Hispania.[12]
La Independencia de Portugal fue reconocida también por el papa Alejandro III en 1179. (Los reinos de Castilla y León reconocieron la independencia portuguesa en 1143). En la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, las tropas portuguesas ayudaron también a los ejércitos victoriosos.
Independizándose, o reconociendo nominalmente la dependencia feudal del Margraviato Español, en los territorios occidentales hispanos se forman dos unidades políticas territoriales principales: los condados aragonés y catalán-barcelonés.
Fue en los territorios catalanes que por primera vez se hace hereditario el título de margrave y el poder concerniente. La unificación política de Aragónia y Cataluña tuvo lugar en 1151, cuando el conde de Barcelona, Ramon Berenger IV conquistó el trono de ambos países.[13]
En 1167/68, el Reino de Aragónia convirtió Provance y luego Rosellón (1217) en territorios feudales. Aragónia y Castilla acordaron en 1179 la división de los territorios anexados durante la reconquista. (Las iniciativas de las reuniones estatales recién a finales del siglo XII se hicieron sentir: se reunieron por primera vez en León en 1188, sin lograr más que una función de aseso-ramiento).
El idioma, así como el lenguaje y el estilo de la literatura o las recopilaciones de leyes no siempre figuran entre los elementos componentes de las culturas jurídicas.[14] A pesar de ello, creemos que
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vale la pena explorar también este tema ya que el idioma oficial Hispano-roma-no, el idioma nativo del pueblo romano era el latín, por esta razón los pueblos rumanizados intentaban asimilar éste idioma. La existencia y difusión del latín vulgar sugiere -se puede poner aquí como ejemplo a Jordanes- que un número significativo de la población, mientras conservaba su lengua materna anterior, no asimiló suficientemente el idioma del imperio (sabemos que en las partes orientales el idioma griego era igual que el latín), por eso es que no se puede ni se podía describir exactamente lo que quería comunicarse.
Por supuesto, estamos conscientes de que los modernos sistemas legales necesitan de conceptos claros, comprensibles y lógicos, donde se requiere el significado comúnmente aceptado de las palabras ya que , si algo no se entiende, puede estar sujeto a disposiciones interpretativas.
La lengua latina romanizada, que hasta ahora funcionaba como una idioma de cohabitación entre los antiguos y nuevos habitantes de los reinos cristianos, ha "elegido" cuatro idiomas, tres de los cuales tienen raíces y descendencia común: el gallego-portugal, el castellano, el catalán. El cuarto es el vasco. La antigua historia literaria[15] considera el español primitivo como romance, éste figura también en documentos latinos vulgares, con la mención de algunas palabras "españolas antiguas", como por ejemplo: en los libros de Isidoro de Sevilla sobre Etymologiae (Etimología), en la Lex Romana Visigothorum, en una carta de donación (Olona 781), en un testamento de Hermes (857), en un contrato de compra-venta (1078) y en glosas (Glosas Emilianenses y Glosas Silenses), en estos últimos se pueden ver fragmentos de la lengua vasca. Se trata de la radiografiación del origen del lenguaje y vocabulario de la cultura legal portugués- española emergente.
Aquí pertenecen las crónicas ya mencionadas, mientras que el tema de la carta de privilegio (fuero) se discutirá más adelante. Gracias a los prolongados tiempos de guerra fría y caliente, nacen una serie de canciones heroicas dedicadas a entretener a las pobladores y sus gobernantes. Los poemas estaban acompañados de cantos (y música), creando los cantar-cantilenes como precursores de las canciones populares (nos referiremos a esto en la sección 3.). A partir del siglo XX, los declamadores cantores eran acompañados en sus giras por trovadores, cantantes, músicos, comediantes.Como pago, aceptaban comida y hospitalidad de la gente común: "Dale vino si no tienes dinero". Durante el reinado de Alfonso IV. (1072-1109), la escritura gótica fue reemplazada por la minúscula franco-francesa. Alfonso VII. (1126-1157) se hizo conocido también como Rey Cantor.[16]
"Es una opinión bien conocida de Europa occidental que, por lo demás está cerca de la realidad, el feudalismo, esta institución galo-romana, es creadora de la cortesía, el honor intransigente en forma de oraciones, así como un profundo sentimiento religioso hacia las leyendas sagradas. A pesar de esto, el núcleo histórico de las canciones y leyendas heroicas es bastante discutible. Así es el caso de los cantos del franco Rolando, las Gestas y las can-
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ciones heroicas españolas relacionadas con ellas: las Cantaroas, las canciones heroicas españolas anteriores a la llegada de los ejemplos franceses, tal como se puede ver en el caso de los jóvenes Lara y Fernan. González ". Los episodios aventureros de las canciones heroicas se cristalizaron alrededor de sus personajes. El ciclo de Carlos Grande, Rolando y companía, el espanol Fernando Gonzalez, el primer conde castellano-leoncino, los jóvenes Lara y el Cid se convirtieron así en ejemplos de los cantos heroicos.[17]
El contenido de la canción heroica de Bernardo del Carpio es revelador: describe la batalla de Roncesvalles, que terminó con la muerte de Rolando, sobrino de Carlos el Grande. Según este trabajo, no fueron los moros sino los españoles y los vascos los que causaron la pérdida, de lo cual, da cuenta una canción heroica vasca independiente que sobrevivió con el nombre de Altabizkarako Kantua. Por último, pero no menos importante, es la breve introducción de la epopeya española más conocida: el Cantar de Mio Cid / Poema de Mio Cid. Un personaje real, Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), que describe sus hechos gloriosos (y menos gloriosos) para glorificar a Castilla, el Rey, y para entonar cantos contra la nobleza.
Jacques Le Goff hace mención a dos culturas de las sociedades medievales: la cultura "científica" de los clérigos y la cultura folklórica popular.[18] Estas dos culturas tienen una relación multifactorial. Entre estos muchos factores, quizás, está la idea de aculturación interna y la adaptación intercultural.[19] Los siglos VI-XIII están llenos de opacidad tanto en la cultura popular como en el cristianismo. Son escasas las fuentes con que se cuentan, por lo tanto, la decodificación y la descifración de las ideas contenidas requieren de grandes esfuerzos.[20] Desde un punto de vista religioso, el latín es un idioma sagrado, un idioma escrito y hablado de la iglesia y su sistema organizativo. La pregunta es: ¿cómo puede la religión ser transmitida y entendida por un pueblo que habla otro idioma? La solución era evidente: " los sacerdotes de las parroquias, los monjes, los misioneros tenían que interpretar para la gente los principios de la religión, inspirar los estándares de conducta cristiana y evitar que se prediquen conceptos falsos. Se desarrolló una literatura especial que popularizó las doctrinas cristianas y elaboraron modos de imitación para los fieles. Esta literatura estaba destinada en parte a los párrocos que debían usarla en sus actividades diarias. Estos son, por ejemplo, ayudas destinadas a las prácticas de confesión, penitenciales para los creyentes que no acostumbraban leer. Las obras dirigidas a los fieles fueron: credos, sermones "proverbios", cuentos de milagros y espíritus malignos, la vida pasional de ultratumba del alma y las visiones, la vida de los santos, los catecismos. Todos estos materiales suponían una audiencia amplia y su consiguiente comprensión.[21]
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"No se puede decir que estas obras fueron escritas para grandes pensadores "escolásticos clásicos", tanto que al leerlas " difícilmente se puede exagerar su simplicidad "[22] De hecho, este género de literatura eclesiástica fue una colección de propaganda dirigida a las masas analfabetas y al sentimiento del pueblo. Pero no debemos olvidar que un argumento rígido unilateral no siempre puede ser objetivo. Es necesario también involucrar y dirigirse a la otra parte. Quizás el sacerdocio inferior, que estaba más cerca de la mentalidad de las personas simples (¿e ingenuos?) transmitía hacia el sumo sacerdocio las creencias e ideas populares que formaron la base firme de estas ideas populares.[23] Como ejemplo se puede mencionar el glorioso pasado gótico e identidad dentro de la nobleza (ancestros heroicos germánicos, valientes, combativos, caballerescos, etc.). Pero esta es la época en la que las personas están convencidas de que en cualquier momento puede ocurrir un milagro, que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento.
Las armas literarias utilizadas por la Iglesia, como las colecciones de sermones, advertencias, biografías de santos y las narraciones visionarias se pueden interpretar de dos maneras particularmente efectivas: confesión y arrepentimiento. La confesión, por lo que se sabe, todavía era pública, delante de los fieles parroquianos, lo que también se puede decir del arrepentimiento (arrepentimiento público). Los llamados "libros penitenciarios" (libri poenitentiales) incluían una lista de pecados y las formas de "expiación" de éstos (tarifas): por ejemplo, oración, ayuno, expulsión de la comunidad, etc. Estos mismos libros fueron escritos en latín vulgar, para que sea entendido por el sacerdocio inferior y lo traduzca al idioma de su comunidad religiosa. La naturaleza de las "confesiones", que describen la metodología de la confesión y la forma de dirigir la confesión es tal que puedee compararse involuntariamente con los registros del derecho medieval consuetudinario temprano. Tanto los libros de confesión como los códigos bárbaros enumeran los crímenes y las sanciones impuestas. En una serie de casos, además del castigo impuesto por las autoridades, también debía cumplirse la expiación impuesta por la iglesia.[24] (Ver Medidas represivas del 3er Código del Concilio de Toledo).
Sin embargo, es importante enfatizar que los libros de "arrepentimien-to" y las leyes bárbaras, a pesar del trasfondo intelectual, difieren en otros aspectos. Sobre todo, en el concepto de pecado. La ley secular no se ocupa de los motivos del culpable, solo le interesa el hecho en sí de la mala acción, siendo así que el castigo se imponía independientemente del estado mental y la intención del delincuente. En las memorias de derecho consuetudinario de tempranas épocas medievales, las personas aparecen objetivamente o como culpables o como inocentes "[25], pero el castigo pertinente se toma por medio de un proceso procesal y no sobre la base de una declaración hecha por el acusado. Por lo tanto, la confesión se basaba en la suposición de que el hombre es inherentemente culpable, debe admitirlo y arrepentirse; claro
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está que esto no era requerimiento de los códigos jurídicos (recopilaciones del derecho consuetudinario) con relación al culpable. Los códigos jurídicos y de derecho consuetudinario estaban básicamente dirigidos a los infractores, delincuentes, ignorando la presión moral sobre los creyentes: un método de la iglesia para ejercer miedo era predicar constantemente, que donde el pecado aparece allí reina el diablo (el satanás).
Como ya lo mencionamos en el punto 3, la música, el baile y la comedia están también abiertos al público. A los ojos de la iglesia, bailar es una actividad satánica, donde el mismo satanás se aduena del hombre. El baile de San Vito, considerado como una posible forma de éxtasis, por otro lado, también puede ser una manifestación de la "en-fermedad sagrada" (ataque epiléptico). El milagro de la iglesia es el exorcismo, porque, en palabras de Jérome Baschet, "el universo diabólico permite el desarrollo de todo tipo de fantasías".[26]
Los reinos ibéricos cristianos y sus pueblos, es decir, estas culturas populares, sienten tal vez instintivamente, pero sienten que la iglesia es "incapaz de destruir la cultura popular en áreas donde no puede ofrecer productos culturales satisfactorios: de este modo es que llegan a sobrevivir tanto las danzas como las mascaradas. La mayor parte de las veces (pero no siempre) la iglesia logra desterrar estas actividades fuera del muro del templo, generalmente a sus inmediaciones.[27]
Quizás la obra didáctica más significativa de esta época es el Elucidario (Elucidarium), atribuído a Honorio Augustodunensis. Apareció a entre los siglos XI-XII y se extendió por toda la Europa católica. Fue escrito en latín, quizas fue Anselmo de Canterbury quien pudo influir en su composición. Su efecto se hizo patente hasta el siglo XV (fue copiado, traducido, complementado y revisado). El Elucidario es un diálogo de maestro-alumno que se extiende desde la historia de la creación de la Biblia hasta el apocalipsis y concluye con el juicio final, la resurrección y la segunda venida de Cristo.
La influencia y eficacia del Elucidario está oculta en el enfoque didáctico para la popularización de una nueva generación de teología cristiana que no se conoció ni se practicó hasta entonces. El uso de varias generalidades, clichés hizo posible revertir su significado, permitir la lectura entre líneas, girar "siempre en dependencia del contexto común de las "generalidades" que los autores mencionaban, para saber exactamente cuál era su significado específico.
Se hace necesario dar algún tipo de explicación retrospectiva de la validez de las declaraciones papales seguidas por Roma a través de los mecanismos de movilización e influencia. Tanto la protección de la Iglesia como de la fe eran objetivos de mucha importancia.
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Después del 711, el Cristianismo (Christianitas), la parte de la"Europa Latina Occidental", sufrió una expansión militar musulmana directa en Hispania (Iberia). La antigua unidad religiosa externa que, como se sabe, no era totalmente homogénea internamente, ha llevado a un período de confrontación y guerra debido al surgimiento de los musulmanes. Esto fue acompañado por un replanteamiento de la defensa de la fe cristiana. El problema de la aculturación, la asimilación surgió en el contexto de la cultura popular. Este problema -desde el punto de vista de la fe- planteaba la posibilidad o, en casos, la obligación de cambiar de idioma o de religión. Es evidente que esta área geográfica " no se volvió homogénea en términos religiosos, por lo tanto los judíos y los cristianos católicos -bajo el control de los musulmanes- solo podían practicar sus creencias a cambio de pagar impuestos.[28]
Los cristianos amenazados o que ya estaban subordinados a los musulmanes, podían elegir entre tres opciones: 1. adoptar el idioma y la cultura árabe manteniendo su creencia cristiana; 2. convertirse al Islam por asimilación; 3. hacer resistencia pasiva y luego la guerra de liberación activa. Este último punto de vista se hizo dominante en los pequeños estados sucesores cristianos, de donde surgió el movimiento de reconquista. El cristianismo recorrió un largo camino, desde Agustín, pasando por Isidoro Sevillano, hasta los Papas Gregorio VII y Orbano II, para referirse al concepto de guerra justa y legítima (bellum iustum), e identificar el término técnico de la "cruzada", la"guerra santa".
Siguiendo los principios del Nuevo Testamento, los primeros cristianos eran "partidarios de la paz",. Cuando se convirtió en religión estatal, el imperio tuvo que mostrar poder (armado) contra los bárbaros germánicos. Agustín abre el camino para plantear la cuestión de la guerra como una cuestión moral.[29]
Agustin (San Agustín), Obispo de Hippo, uno de los teólogos más prominentes de la Iglesia romana, fue quien reconsideró la posición cristiana sobre la guerra desde el punto de vista de los actos cometidos por los pueblos bárbaros que atacaron el Imperio Romano de Occidente por casi todos los lados. Al verlo como una lucha de vida o muerte, rechazó el "pacifismo" y legitimó la guerra. En su opinión, la guerra está permitida si se persigue un propósito justo bajo el control de la autoridad legítima. Se acostumbra calificar de legal las guerras que tienen por objetivo: vengar injusticias cometidas durante las guerras contra cualquier nación o ciudad, castigar a sus guerreros que cometieron injusticias o nó devolver lo robado ilegalmente. Es indudablemente justa también la guerra ordenada por Dios, quien no sabe de injusticias y sabe lo que sucederá.[30] (Tal orden divina recibieron Josué y Judas Macabeo,
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los cuales llegaron a triunfar contra sus enemigos).
Hasta la edad moderna, la definición de Agustín tuvo una influencia decisiva en el cristianismo. En su obra de Etimología ( Etymologiae), Isidoro de Sevilla (santo) retorna a la conclusión de Cicerón en sentido de que la guerra iniciada injustamente sin motivo alguno, la califica desde un punto de vista negativo. Es justo, opina, cuando se busca venganza o expulsión del enemigo. Isidoro Sevillano establece como un requisito la declaración de guerra!
La história por mucho tiempo descuidó, no se ocupó del hecho de que la reconquista fue también una cruzada, una guerra santa igual al de las cruzadas dirigidas hacia la Tierra Santa.[31] Ambas fueron apoyadas por Papas.
Inicialmente, Asturias fue uno de los estados sucesores visigodos, que primero realizó la recuperación de territorios por su propia cuenta y luego con el apoyo de Carolingia. (Durante mucho tiempo en la llamada tierra de nadie que separó del califato islámico de Córdoba). Carlomagno - repentinamente, en la Asamblea Imperial de Padenborn del 777 y a petición de la nobleza musulman- inició una expedición militar en el ano 778 más allá de los Pirineos. El resultado: fracaso. Fue derrotado totalmente en Roncesvalles, tal como se menciona en el canto de Rolando, punto 3. Sin embargo, hay un aspecto de la intervención franca que se ha pasado por alto: la realidad de la guerra por la fe. Aquí es donde la acción militar también puede verse como una intervención en nombre del bellum iustum de Agostino.[32]
Tanto al Estado franco carolingio, como a Carlomagno mucho les gustaba la guerra, pero el ejemplo anterior muestra que la restricción ya es muy compatible con el cristianismo. Los reyes y pontífices de origen visigodo de los estados sucesores cada vez más se ponían a luchar como defensores de la fe cristiana. (Durante el desarrollo de la actividad de conversión del sacerdocio en el Nuevo Mundo, las espadas y las cruces tenían el mismo fin!).
La sacralización de la guerra se llevó a cabo en varias etapas, involucrando a grupos sociales más amplios. Inicial-mente, la protección de las propiedades e instituciones eclesiásticas era una prioridad. En la siguiente etapa, dado que el Estado papal también estaba expuesto a la invasión musulmana, el objetivo era defender los bienes papales y la tumba valiosa de San Pedro: "Además de las eventuales reacciones militares, la Iglesia, para combatir a los musulmanes, hacía uso de la liturgia, del diálogo y la ley". La sacralidad de la guerra, la interacción de la guerra y la liturgia son particularmente importantes a este aspecto. Los papas aparecieron como protectores de la iglesia, lo que les daba también un sentido de legitimidad. Intentaron motivar la lucha contra los sarracenos con diferentes recompensas, como la promesa de la vida eterna, pero, a diferencia de la práctica utilizada posteriormente, no hubo perdón.[33]
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El tercer grado es la tumba de Cristo, y con ello la reconquista de Jerusalén, el lugar sagrado cristiano número uno. (Este no es tema de este estudio). Los santos-soldados juegan un papel cada vez más importante en los sermones de la Iglesia, como por ejemplo, Santiago el "matamoros" , San Jorge el "mata-dragones", Arcángel Miguel Señor de los ejércitos celestiales. La fuerza militar emergente, la caballería forman parte de una nueva orden congregacional, es decir se convieerte en orden militar. En la rápida sucesión vivida, fuera de la formación de la Orden Templaria, la Orden Teutónica de Santa María, etc. los Caballeros de la Península Ibérica desempeñarán también un papel importante en el proceso de la reconquista.[34]
A partir de mediados del siglo XX comienzan a aparecer los Caballeros de la Iglesia en los reinos católicos de la península. La reconquista, la "guerra contra los musulmanes", aunque simbolicamente pero de manera penetrante, impregna las almas y el sentimiento religioso. La salvación de las personas depende cada vez más del resultado de la batalla que libran las virtudes y los pecados. Las virtudes son vistas como caballeros armados de pies a cabeza, mientras que los pecados son vistos como guerreros paganos de un ejército furioso. Analicemos primero a los caballeros españoles y luego a los caballeros portugueses, por supuesto, teniendo en cuenta que en el lado español varios reinos figuran como fundadores:
1151 Orden Militar de Santiago: Durante el reinado del rey Fernando León II., doce caballeros lo fundan para luchar contra los moros y proteger a los peregrinos. Nombre original: Caballeros de Cáceres. Caeron bajo el dominio real en 1494 y el monarca se convirtió en el Gran Maestro. (Orden Militar de Alcántara)
1156 Orden Militar de Alcántara: El rey Fernando II y el papa conceden privilegios adicionales a la Orden en 1177. 1183: Cae bajo el control directo de la Santa Sede. A partir de 1213, Alcántara se convierte en la sede de la Orden. En 1494 cae bajo dominio real. Su último gran maestro, Don Juan Zuñiga, renunció con la bendición del Papa y se convirtió en cardenal y arzobispo de Toledo.
1158 Orden de Calatrava: Fue fundada por el rey castellano Sancho II para proteger el castillo de Calatrava contra los moros (asumiendo el papel de los templarios). Caballeros de la Orden crearon la Orden Montesa en Aragón. A partir de 1487 el monarca de Castilla se convierte en Gran Maestro. En 1540, cuando se fundó la Compañía de Jesús, el Papa (Pablo III) eximió a sus miembros del celibato.
1201 Orden de San Jorge de Alfama: Fundada por Pedro (Católico) II de Aragón y Cataluña y lleva el nombre de Alpama en honor al desierto. Martin I unió a la Orden de Montesa en 1400. Estuvo en constante conflicto con la Orden de Calatrava.
1317 Orden Orden Militar de Montesa: Orden de Caballeria de Nuestra
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Señora de Montesa). Fue creada por Jacobo I durante el reinado de Aragón, para luchar contra los musulmanes.Fue fundado como sucesor legal del templario disuelto. Los primeros miembros de la Orden vinieron de la Orden Calatrava. En 1400, la Orden de San Jorge de Alfama se unió a ellos. En 1494 caen bajo dominio real. En 1587 el rey español Felipe II se convirtió en el Gran Maestro de esta Orden, mucho más tarde que las otras dos órdenes del "triunvirato"!
Con respecto a Portugal, figuran tres órdenes de la iglesia:
1166 el Rey Alfonso Enrique: funda la Orden Avis para proteger de los Moros a Ávora. En 1187 introdujo la regulación de la Orden de Calatrava, y se autodenominaron como Ejército de Avora del Orden de Calatrava.
1318 Orden de Santiago: Se independiza la rama portuguesa de la española
1318 Orden de Cristo: Esta Orden es la sucesora portuguésa de los templarios, está provista de verdaderas virtudes militares. El más conocido de sus Grandes Maestros fue el infante portugués Henry el Marinero.
En la cultura jurídica emergente portuguesa-española, el sistema institucional de derecho canónico de la Iglesia Cristiana -Roma- fue particularmente prominente. En la época de la reconquista, la relación con el papado, la dimensión eclesiástica de la dependencia-independencia, se planteó de una manera completamente diferente que, por ejemplo, en la época de los reyes católicos.El despliegue de la Reforma de la Iglesia Occidental coincide con la nueva ola de éxitos de la reconquista ibérica: la recuperacion de Toledo en 1085, provocó una tensión inmediata ya que la ciudad era el centro del estado visigodo y su iglesia. Se trataba también de la cuestión del primado arquiepiscopal hispano, luego del reemplazo de la liturgia mozárabe por la romana, y por último, pero no menos importante, de la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, que finalizó con una victoria decisiva sobre los musulmanes.
La renovación de la Iglesia Católica comenzó con el movimiento reformista vinculado al Monasterio Cluny entre el siglo l X-XI. Se discutieron tres temas: 1. se opusieron a la propagación de la Simonia, a la compra de posiciones sacras por dinero, exigiendo su prohibición; 2. exigieron la validación consecuente del celibato en el clero; 3. que los cardenales y los obispos sean los que eligen al Papa, y no el emperador como era costumbre.
Las iniciativas del movimiento monástico fueron introducidas por primera vez por los Papas Leo IX, luego István X, Víctor II, Miklós II y Alejandro II, pero el gran avance se produjo en el papado de Gregorio (Hildebrand) VII. Sin tocar mucho la historia de estos eventos, en adelante nos ocupamos con la investidura, como un elemento central de la reforma.
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Hildebrand fue aclamado por el pueblo romano y, con el consentimiento de los cardenales, fue entronizado en el trono papal, tomando el nombre de Gregorio. Elegido por el pueblo, en ausencia del jefe de Estado germano-romano Henry IV, así como al deseo de satisfacer lo dispuesto en la oden de nombramiento papal del Papa Nicolas II y después de recibir la aprobación de los cardenales, escribió una carta a Henry (Enrique) IV, informándole sobre su aclamación y solicitándole su ratificación en ese puesto. Esto, de hecho fue la práctica de patronato, el ejercicio de la ley del Ilustre Superior. Gergely VII., en poder de la confirmación recibida, empezó a desarrollar su doble propósito: en primer lugar, comenzó con la subordinación estricta del sacerdocio, a fin de hacer del papado una institución independiente del mundo y de los poderes mundanos; por otro lado, hacer del papado el poder supremo espiritual y mundano. La simonia, el celibato y la investidura se convirtieron en armas a favor y contra de estos propósitos, ya que el verdadero objetivo final era la universalización de la Santa Sede, la práctica del Sacerdotium e Imperium de la Iglesia Cristiana.
Gregorio VII reconoció el poder de la fidelidad y exigió de los poderes mundanos el culto vasallo. El paso de Canossa de Henrik IV es el tipo de obediencia más conocido, independientemente de las consideraciones subyacentes, ya que al mismo tiempo, Guillermo el Conquistador, cruzó el Canal con la bandera y la bendición del Papa Alejandro II, negándose a prestar juramento de vasallaje como rey de Inglaterra (pero cumplió con el pago anual de los impuestos sacros a Roma, los céntimos de Pedro). Gregorio VII empujó al papado por el camino que convirtió al Jefe Supremo de la iglesia en un árbitro indispensable hasta su cautiverio en Aviñón.[35]
El Dictado Papal (Dictatus papae) apareció en 1075 y es considerado por muchos como la Carta Magna del Papa (por ejemplo, Gregorio Eugenio).[36] Este documento también puede considerarse como programa político, que formula veintisiete llamadas guías maestras. Aquí solamente hacemos mención de los más importantes para nuestros temas: (3) sólo él puede destituir y restituir en sus puestos a los obispos; (5) el Papa puede destituir también a ausentes; (7) solo él -en función a las necesidades de la época- puede elaborar nuevas leyes, crear nuevos obispados, convertir y reconvertir un capítulo en abadía, dividir las diócesis ricas y unir a las pobres; (8) solo él puede usar insignias imperiales; (12) tiene derecho a destituir a emperadores; (13) tiene derecho a trasladar a obispos de un lugar a otro en caso de necesidad; (16) no se puede convocar a concilio universal sin su previa aprobación; (18) nadie puede modificar las sentencias por él tomadas, mientras que él puede modificar cualquier sentencia, etc. Peter de Rosa en su obra titulada Las sombras del papa[37], califica el "taller falsiario"
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papal de Gregorio VII como un esfuerzo consciente para lograr sus objetivos. Los "documentos" originales que han sido sometidos a inserciones refundidas serán el punto de partida para el estudio posterior del Decreto (Decretum) de Gratian.
El Papa, a pesar de que su rivalidad con Henry IV le quitaba casi todo su tiempo y fuerzas, para lograr sus objetivos, ha dedicado mucha atención a la Península Ibérica, a la que llama Hispania en sus documentos. Aquí, también, exigió su reconocimiento incondicional de la eminencia papal, instando en sus cartas a sus hermanos católicos y devotos a la cruzada contra los musulmanes, a la batalla sagrada.
Los resultados de la investigación de Andreas Holndonner[38] confirman lo anterior. El autor alemán -con relación a las consideraciones de principio de Gergorio VII que había establecido y exigido de los gobernantes seculares, opina que éste estaba "involucra-do totalmente " en la resolución de un debate; señala las consecuencias perjudiciales de su intento de prohibir la liturgia del mozárabe. La personalidad conflictiva del Papa no hizo posible la solución de éste problema por mucho tiempo.
Cuando la campaña de reconquista estaba por comenzar, el Conde Roncy, además de pagar su impuesto anual al Papa, de antemano recibió -como feudo papal- el territorio que posteriormente deseaba ocupar. El Papa advirtió a los Caballeros de ascendencia borgoñona de la unidad militar, que el territorio era desde hace mucho tiempo, y que será siendo de propiedad de San Pedro y, por lo tanto, de la Santa Sede. Hizo conocer la donación hecha a Roncy y les prohibió ingresar a este territorio sin reconocer la jurisdicción papal. Holndonner se ocupa también del Estado visigodo de la zona al referirse al Arzobispado de Toledo. Se ocupa del destino futuro del Arzobispado de Toledo, del primado eclesiástico español reclamado por los sumos sacerdotes de Braga-Burgos-Polencia.[39] Resalta la fórmula personal formada por el rey Alfonso de León de Castilla VI y el arzobispo de Toledo Berna. Este último visita Roma varias veces, mejora con éxito las relaciones, pero la liturgia mozarabe todavía subsiste en muchas iglesias . Entre los privilegios papales recibidos en 1088 está la transferencia del palio del arzobispo a Bernát. En 1093, Berna recibe otro privilegio: lo ascienden al rango de legado permanente. Orban II., al hacer entrega del palio como símbolo de los primacia arquiepiscopal, como justificación hace refererencia a la tradición visigoda anterior. En el presente caso, sin embargo, no se menciona esta tradición, ni está directamente relacionada con la cuestión de la primacía.
Bernardo quizo centralizar los obispados del país de Alfonso VI tal como lo hizo Gregorio VII con las iglesias de los estados occidentales (con más o menos éxito). Esto mismo le pasó a Bernardo, pues los sumos sacerdotes de Santiago de Compostela y Valencia estaban exentos, es decir, exentos de
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jurisdicción. Bernardo no pudo evitar que el obispado portugués de Braga se convirtiera en arzobispo. La Arquidiócesis de Toledo se metió en un lío con Santiago de Compostela en la disputa sobre la tradición visigoda y la tumba del apóstol Santiago. Toledo planteó estas cuestiones como demandas legitimas. El papado en los siglos XI-XII transpuso con éxito los procedimientos papales y la ley canónica reformada entre los sumos sacerdotes de los estados cristianos de la Península Ibérica.
En esta sección del estudio sobre el estado visigodo, mencionamos el establecimiento de estados sucesores al pie de los Pirineos y su sistema de relaciones necesariamente interrelacionado. En el resto de este capítulo, nos esforzamos por identificar aquellos elementos que pueden o no ser parte de la cultura legal desde el punto de vista de la cultura y la religiosidad popular y la literatura. En este contexto, también analizamos los temas de la guerra, la guerra justa y la guerra santa, encarnadas en la sacralización de la cruzada. En nuestro caso, la guerra es la reconquista, así que mostramos las ordenes de caballeros (que, por cierto, aparecen a mediados del siglo XII en Iberia). También nos ocupamos de las reformas eclesiásticas vinculadas al nombre de Gregorio VII y su difusión en los estados cristianos de los Pirineos. La integración de la Iglesia Católica en el estado y la sociedad ya está bien demostrada, y seguramente en el futuro será más amplia y profunda. ■
JEGYZETEK
[1] Pierre Vilar: la historia de España Ed. Gondolat. Budapest, 1984 p.19.
[2] Adam Anderle: Desarrollo del Estado y la cuestión nacional en España, Acta Universitatis Szegediensis: Acta Historica (77) 1983 p.
[3] im 32.p. (trabajo citado)
[4] Anderle Adam: la Historia de España Editorial Ferenc Móra 1992
[5] im 19.p. (trabajo citado)
[6] La batalla de Covadonga desde el punto de vista de la historia militar. Igaz Levente (Levente el Verdadero), sin embargo, opina que "La batalla legendaria de Cavadonga, primer éxito militar cristiano desde el final del estado visigodo, podría incluirse en el proceso de organización del estado asturiano. En una batalla militar prácticamente insignificante que data de 718 o 722, Pelayo, aprovechando el terreno montañoso, atacó sorpresivamente a un contingente expedicionario en Covadonga ". Por eso se puede decir que sólo se trata de algo simbólico que, con preferencia pero erróneamente, se considera como punto de inflexión en la historia del cristianismo que se encontraba en defensiva en la península ibérica".
Igaz Levente: Estados beligerantes en la Península Ibérica y la Cuenca de los Cárpatos en los siglos IX-XIII. Elementos comparables de dos caminos de la historia militar medieval europea Tesis doctoral, Szeged 2012 58.p.
El autor explica además que "Pelayo, desde una perspectiva europea, es el primer rey" medieval "de la historia ibérica, cuyos sucesores dieron los primeros pasos en el siglo siguiente para crear una imagen propia del" feudalismo pirenaico ". (59.p.)
[7] im 61.p. (trabajo citado) Opinión de Jacques Le Goff acerca del culto a Santiago: "En Compostella, Galicia, la tumba de Santiago fue descubierta entre 820 y 830 en una ladera llamada Campus Stellae (Campo Estelar), en un antiguo cementerio visigodo, entre luces inusuales y otros fenómenos extraordinarios, cuyo cadaver supuestamente llegó aquí en un barco después de la muerte de mártir del apostol. Posteriormente se construyeron santuarios suntuosos sobre la tumba, la cual gradualmente se convirtió en centro de peregrinación, más específicamente en el tercer lugar de peregrinación cristiana más importante después de Jerusalén y Roma en el siglo XII. Durante las batallas contra los musulmanes, Santiago se convirtió gradualmente en patrono de los soldados cristianos, recibiendo así el apodo de Matamoros. Santiago de Compostela se convirtió en lugar de peregrinación para el mundo crsitiano. En cualquier caso, la aparición de un importante sitio de peregrinación en España nos indica también que las regiones ultraperiféricas juegan un papel importante en la creación de Europa. Jacques Le Goff: El nacimiento de Europa en la Edad Media. Atlantis Editorial Budapest, 2008
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[8] El separatismo vasco actual ve al Reino de Navarra como estado independiente, como el objetivo independista de su movimiento.
[9] Igaz Levente im. 82.p. (trabajo citado)
[10] Escribimos cristianos porque las fuentes estaban escritas en latín, y no es posible saber con certeza en qué idioma se comunicaban las personas allí vivientes.
[11] Igaz Levente im. 84.p. (trabajo citado)
[12] im 85.p. (trabajo citado)
[13] Katalin Sipos en uno de sus estudios, analiza el co-estado aragonés-catalán de la siguiente manera:
"Esta Cataluña / Godolonia (país de los godos) se unió en 1137 (definitivamente en 1164) con Aragón bajo una corona, cuyo nombre, Corona de Aragón, fue dado por el reino interior más pobre, pero detrás del nombre estaban tambien las zonas costeras ricas y sus monarcas, desde la unificación hasta principios del siglo XX, todos eran catalanes, y las conquistas posteriores tambien fueron catalanas.
Los miembros de la Corona de Aragón, después de la reunificación y posteriores ampliaciones, tambien formaron una confederación especial". Katalin Sipos: Cataluña: Reforma del Estatuto de Autonomía en 2006 (antecedentes históricos, antecedentes legales) Investigación de minorías 2013/1 número 61.p.
[14] Ver en la pág. 7! Creemos que vale la pena explorar este tema, porque el idioma oficial de la His-pania romana, el idioma nativo de los pueblos romanos era el latín, siendo que los pueblos romanizados también intentaban aprenderlo. La existencia y difusión del latín vulgar sugiere (tomando como ejemplo el Jordanés) que un número significativo de personas que, conservando su lengua materna anterior, no pudieron asimilar en la medida necesaria el idioma del imperio (sabemos que en las partes orientales el greco era igual que el latín), por eso es que no pudo ni podía describirse con exactitud lo que deseaba comunicar.
[15] Kőrösi Albin: La historia de la literatura española Szent István - Társulat Budapest, 1930. p.448
[16] im ih. 30.p. (trabajo citado)
[17] im. (trabajo citado) pp.31-32 Gracias a los Reyes Alfonso X y XI que en sus crónicas incluyeron canciones heroicas tempranas, juegos de misterio, etc..
[18] A.J. Gurevich: La cultura popular medieval Gondolat Budapest, 1987 12.p.
[19] uo. (ibídem)
[20] Aquí retornamos al proceso de evolución del lenguaje latín-neolatín (gallegoportugués, castellano, catalán) discutido en el párrafo anterior.
[21] im 19.p. (trabajo citado)
[22] ih.uo. Por el contrario, "el hombre culto (quien sabe latín) es, por supuesto, senor del ignorante" sh. im. p.21. Con el advenimiento de los idiomas neolatinos, no solo el latín clásico sino también el vulgar se convirtió en idioma extranjero en estas regiones.
[23] Al comienzo de la Edad Media, una de las principales actividades de los catequistas cristianos fue la conversión de los paganos a la nueva religión y la erradicación de los restos de los antiguos cultos, mientras que los catequistas de las épocas posteriores se encontraron con otros problemas, en parte, con la herejía generalizada. La diferencia es muy significativa ". Im. 35.p. El Islam también se consideraba como herejía!
[24] im p 61. (trabajo citado)
[25] uo. (ibídem)
[26] Le Goff im. ih. p.90. (trabajo citado)
[27] im. p.91 (trabajo citado)
[28] Gurevics: im. p.269. (trabajo citado)
[29] Klaus Herbers: Europa: relaciones y confrontación entre cristianos y musulmanes - Italia y la Península Ibérica a lo largo del siglo IX. (Gábor Barabás) Klió (27) 2018/2. p.12.
[30] ih. Péter Erdő: Beligerancia y guerra en la enseñanza de la Iglesia Católica Magyar Sion Új folyam XI./LIII. (2017/2) .pp 271-272.
[31] Ver - Joseph F. O'Callaghan: Reconquista y cruzada en la España medieval University of Pennsylvania Press Philadelphia, 2003 .p.p.322 - Marianne Sághy se refiere a la Primera Cruzada cuando el castillo de Barbastro en el Reino de Zaragoza fue bloqueado con éxito por un ejército franco-francés enviado. Ver Mil años de Europa. La Edad Media I. editado por Gábor Klaniczay Osiris Publishing House, Budapest, 2005 p.255. - "La lucha contra los musulmanes comenzó en España en 1014 y fue apoyada por el papado. En 1063, el papa Alejandro II ofreció indulgencia a quienes luchen por la expulsión del islamismo en Hispania. Así, la idea de la guerra santa fue llevada a la conciencia pública -indica Deák Viktória Hedvig OP en Historia Universal de la Iglesia en la Edad Media I. Escuela Superior Sapienta Szerzetesi Hittudomány 2006. p.85.
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[32] En la interpretación de Gabor Barabás, "De la correspondencia entre el rey y el papa Adriano (772-795) se puede deducir también que hubo una guerra defensiva, mientras que otras fuentes apuntan directamente al objetivo de liberar a los cristianos. Herbers advierte también sobre las diferentes interpretaciones que del mismo evento figuran en diferentes obras; quizás el más importante es el concepto de bellum iustum de San Agustín (la llamada liturgia de la guerra en relación con la teoría). Klaus Herbers im. p.13.
[33] im. p.14. (trabajo citado)
[34] Las órdenes de los caballeros fueron creadas básicamente para combatir a los musulmanes y los paganos con la espada, la oración y la conversión. La presencia de estos es una contradicción de la regla que prohibía el derramamiento de sangre para la iglesia. El cisterciense San Bernardo, que generalmente rechaza las novedades, elogia a los Caballeros de la Cruzada de la Milicia Nova. Pero la existencia de estas órdenes militares está incrustada en el proceso general de cristianización de la moral militar. La religión no tiene carácter militar, pero ahora será militar. Esta es la forma en que el militantismo es otro comportamiento que mira hacia el futuro. Le Fogg im. 88.p. En Iberia, esto aparece como el resurgimiento-resucita-miento del antiguo espíritu de lucha visigodo.
Además, un caballero solo puede ser caballero si tiene un caballo que puede transportarlo con toda su coraza! Ver Mircea Eliade, Historia de las creencias religiosas III. Osiris Publisher Budapest, 1996 p.p.79-81.
[35] im. p.p. 89-90. (trabajo citado)
[36] Gergely Jenő: La historia del Papado Ed. Kossuth Budapest 1982 p.p.92-93. Ver también: Colección de Derecho e Historia Política para estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas, Universidad de Debrecen Seleccionado y editado por: Zsolt László Kocsis p.p.43-44.
[37] Peter de Rosa: Vicarios de Cristo (los lados negros del papado) Panem Budapest, 1999 p.p.98-102
[38] Andreas Holendonner: Kommunikation - Jurisdiktion - Integration Das Popsttum und das Erzbistum Toledo im 12 Jahrhundert (ca 1085 - ca 1185) Berlín - Munich - Boston, 2014 Abhandlungen der Akademie der Wissenschaften zu Göttingen Neue Folge. Bd 31: Studien zu Papstgeschichte und Papsturkunden
[39] En 1088 el pápa Orban II convierte a Toledo en Arzobispado Primado.
Lábjegyzetek:
[1] A szerző Estudiante de doctorado, Budapest.
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